No podemos existir sin estrés. El estrés es la respuesta del cuerpo 抯 a una situación de amenaza percibida. Está destinado a protegernos. El estrés positivo nos permite realizar en los niveles superiores y para enfrentar los desafíos de la vida. Todos hemos oído hablar de situaciones en las que los individuos realizan hazañas inimaginables de fuerza y el valor para salvar la vida de otra persona. Ese es el estrés positivo. Este tipo de estrés nos proporciona los recursos físicos y emocionales adicionales necesarios cuando nuestra vida o la vida de un ser querido está amenazada. En una escala menor, el estrés positivo crea grandes atletas, nos permite un análisis de la ECA, hablar delante de un público u obtener una promoción en el trabajo. Podemos afrontar y superar todo tipo de situaciones debido a la tensión positiva. Normalmente cuando termina la situación de nuestros niveles de estrés vuelven a la normalidad. Proporciones epidémicas
Sin embargo, el estrés negativo o malo ha alcanzado en los Estados Unidos. La investigación ha demostrado que 90% de las visitas al consultorio al médico se puede atribuir a los síntomas relacionados con el estrés. La mayor parte del estrés moderno se puede atribuir a la forma en que percibimos una situación. A pesar de que no se le puede presentar una amenaza física real, nuestros aumentos de la presión arterial, los latidos del corazón se acelera y nuestra respiración se vuelve más rápida. El estrés crónico se produce cuando estamos sometidos a una serie de pequeños percibidas, constantes amenazas,. Algunos de estos pueden ser conducir en el tráfico pesado, la deuda, los problemas en el lugar de trabajo, problemas en el hogar y las expectativas poco realistas. El estrés crónico afecta a nuestros órganos y crea una magnitud de problemas de salud. Algunos de los efectos del estrés crónico son un ataque al corazón, problemas digestivos, asma o problemas para respirar, úlceras, dolores de cabeza, tensión muscular y la pérdida de cabello en las mujeres. El estrés también afecta a la regulación de los niveles de insulina que puede conducir a la diabetes tipo II. Algunos de los síntomas de estrés crónico son palpitaciones, falta de aliento, dolor lumbar o cervical, insomnio, problemas de la piel, fatiga, pérdida o aumento de peso y la presión arterial alta. Una sobrecarga de estrés, básicamente, rompe el equilibrio en nuestro cuerpo y debilita nuestro sistema inmunológico. Por lo tanto, es importante reconocer los síntomas de estrés crónico y aprender qué hacer con ellos.