Sin potencia. Una palabra que tiene oportunidad oculta y la capacidad de cambiar la vida para mejor. Cuando una persona está en un estado impotente que ya no necesitan de entender las cosas. Se puede dar a sus problemas y circunstancias a Dios y descanso. Pero demasiadas personas les gusta tener el control para que libran una batalla sin victorias. Es sólo hasta que reconozcan su impotencia pueden entregar su todo a Dios.
Se habla mucho acerca de la entrega de nuestra voluntad de Dios y no demasiado acerca de la impotencia. Sabemos que la entrega tiene una mala reputación, pero sin poder reputación es peor. El mundo dice ser uno impotente es débil, inferior o un fracaso. A nadie le gusta ser conocido como impotentes o derrotado, porque vivimos en un mundo donde ganar es adorado por lo que todo el mundo está luchando para convertirse en un ganador.
La vida tiene un flujo natural. A veces fluye nuestra manera ya nuestro gusto. A continuación, hay momentos en que los flujos contrario de nuestras expectativas y nos hacen llegar a ser incómodo en su interior. Es en este momento que reconocer que sólo Dios tiene el control sobre el flujo natural de la vida. Es la oportunidad perfecta para nosotros reconocer nuestra impotencia
Dios pone esa incómoda sensación punzante dentro de nosotros por una razón.; para hacernos conscientes de nuestra impotencia.
El quiere hacer un poco de alma profunda búsqueda y hacernos algunas preguntas. Preguntas como: ¿Por qué siento que necesito estar en control de todo y de todos? ¿Qué es lo que esta persona no me gusta de mí? ¿Qué parte jugué en esta situación? ¿Creo en mi corazón que Dios está en control de esta situación?
Cuando admitimos nuestra impotencia y echar un vistazo a nuestros motivos y no nuestros sentimientos, nos conectamos con Dios y nuestra verdad interior. Nuestras emociones están todavía allí, pero pierden el esfuerzo de tratar de controlarlos. Otra parte de aceptar el flujo natural de la vida se permitirnos sentir.
Debemos recordar que somos impotentes sobre personas, lugares y cosas y que nos da la oportunidad de crecer espiritualmente. Nos dejar de obsesionarse con nuestra circunstancia y empezamos a escuchar a Dios hablar a nosotros con su voz suave. Empezamos a oír que nos diga que está bien no tener poder porque donde somos débiles Él es fuerte. Dios nunca quiere que se olvide de eso.
A veces hay tesoros dentro y oportunidades de oro que miden más allá de nuestra comprensión. Si nos encontramos en un estado de serenidad de ánimo que puede dejar ir y permitir que la vida fluya a la manera en que Dios asistió a que fluya. Al reconocer nuestra impotencia nos da la oportunidad para que el poder de Dios fluya a través de nosotros hacia los demás, y eso es el tesoro más grande de todos. el número de derechos de autor UNAO-ZCOV-MUUS-7OV3