Desde el momento de despertar, hay una sensación de un yo que se respira en cada momento, se inicia un pensamiento, conduce una voluntad, y experimenta la emoción. Esta auto-identidad define sus deseos y necesidades y hace juicios durante todo el día. Es esta auto que se sentía de interactuar con la realidad, pero esta percepción no es invariable. La mayoría de las personas han experimentado percepciones alternas de uno mismo y de la realidad: la ralentización del tiempo durante una experiencia indeseable o aburrido, la aceleración del tiempo durante una grata experiencia, la conciencia de sí durante una aparición pública, o al reprendido por un supervisor, y la "zona "de un atleta durante la práctica de ejercicio o el aficionado absorto en su actividad.
Estas experiencias sugieren cuán maleable nuestra percepción de la realidad y son auto y lo mucho que se ven influidas por nuestros pensamientos, emociones, y el objetivos previstos en el punto de mira de nuestra atención. Más allá de las diferentes percepciones de uno mismo y de la realidad, cada persona crea reflexiones internas con respecto a la autoestima, gustos y disgustos, así como una serie de "could'ves", "would'ves" y "should'ves" que se arremolinan como recién vertido crema en el café negro, reforzando este sentido del yo, el ego. El ego da lugar a las pasiones que alimentan nuestras ambiciones y motivar a nuestras decisiones y comportamientos. Las pasiones del ego satisfacción de la demanda, lo que conduce a acciones que puedan contrarrestar la ética personal o ignorar las necesidades de los demás. Es el ego que mantiene los estados emocionales mucho después de que el estímulo para la emoción ha pasado, manteniendo ecos emocionales que interfieren con la conciencia, nublando la razón y el juicio, y que afectan a decisiones y comportamientos.
En realidad, el ego es una complejo sistema de pensamientos intrusivos, recuerdos y hábitos mentales que han sido aprendidas desde la infancia y sostenidos por la repetición y la cultura. El ego abarca dos fenómenos que se refuerzan mutuamente. Un fenómeno es la propia identidad, la sensación de un yo individual, el "yo" El otro es el proceso de auto-referencia, la experiencia sobre-personalizada de la realidad y pensamientos que se repiten, los sentimientos, y los mensajes positivos y negativos internalizados de la autoestima, entre ellos uno de monólogo interior. Una analogía de la relación entre los dos fenómenos, la propia identidad y la auto-referencia, es un dibujo lineal de una cara. Las líneas, cada una distinta y separada de los otros, forman una imagen mientras que la imagen le da a cada línea de su significado especial.
El ego no tiene representación física, ya que sólo un remolino de pensamientos y recuerdos, sin embargo, pueden ser lesionado y debe ser protegida. Puede ser descuidada y necesita ser satisfecho. Cuando se insulta a un individuo, humillada, o amenaza, las emociones de miedo o la ira surgen, las emociones provocadas originalmente por la inminente daño físico. Debido a que todo el mundo comparte esta experiencia subjetiva, se considera una consecuencia natural de estar vivo, y si se hace que uno se sienta feliz sin afectar negativamente a los demás, se considera saludable. El hecho de que hay toda una profesión dedicada a la curación y mantenimiento de un ego bien ajustado es testimonio de la aceptación del fenómeno del ego.