Todo el mundo experimenta miedo por lo que realmente es un sentimiento normal. Se diferencia de un individuo a otro y siempre se lleva a cabo cuando el ego se ve amenazada por lo desconocido. La ansiedad es esencialmente un temor a una causa desconocida. Hay varios grados de ansiedad que van desde leve, moderada, severa al pánico. Cada nivel tiene diferentes características psicológicas y físicas y el manejo adecuado que se debe hacer. El primer nivel de ansiedad es leve. La persona con ligero temor todavía tiene habilidades para resolver problemas intactas. Los signos y síntomas incluyen problemas de inquietud, agitación, hipersensibilidad y GI. Las intervenciones comprenden ayudar a la persona a tolerar el miedo existente para ayudar en la resolución de la crisis
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El siguiente nivel es el miedo moderada que incluye rigidez muscular, dolores de cabeza, sudoración y hablando rápido como sus síntomas. Intervención, en esencia, implica la identificación de la causa y las medidas para regularla. El nivel 3 es grave y se compone de sentimientos de temor y horror. Los signos y síntomas incluyen dolor de cabeza, dolor en el pecho, palidez, llanto excesivo. Durante este nivel, el miedo debe ser canalizada y bajó a un nivel moderado o leve. La forma más grave es el nivel de pánico de la ansiedad. La persona, normalmente, es conocido por una noción distorsionada y no puede manejar estímulos. Convirtiéndose en silencio o inmóvil, aumento de la frecuencia del pulso y la presión arterial son sólo algunos de los indicadores físicos experimentados por la persona en estado de pánico. La persona en estado de pánico podría experimentar cualquiera de los tres: lucha, escape y congelar. Un método útil debe ser ejecutado para gestionar cualquier persona en estado de pánico.
estar disponible para aquellos que experimentan ataques de pánico. Asegurar un ambiente medio ambiente relajado y libre de tensión tanto como sea posible. Si el individuo comienza a hiperventilar, obtener una bolsa de papel para revivir patrón de respiración normal. No encierre sentimientos, permitir el llanto o incluso gritar. Evitar tocar el individuo, ya que podría desencadenar el ataque más. Estas intervenciones son eficaces para hacer frente a un ataque de pánico
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