En febrero de 2006, los investigadores informaron de que muchas mujeres sufren de una enfermedad cardíaca fundamentalmente diferentes de los hombres y se pierde fácilmente de pruebas estándar. Por otra parte, las mujeres no buscan tratamiento tan pronto como los hombres, y los corazones de las mujeres son más pequeños y sus vasos sanguíneos se dañan más fácilmente. Otra posible razón es que la enfermedad puede manifestarse de forma diferente. Como resultado, las mujeres tienen menos probabilidades de sobrevivir a los ataques al corazón que los hombres. Muchas mujeres todavía no son conscientes de que la enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular se han convertido en las principales causas de muerte de las mujeres en todo el mundo.
Los investigadores encontraron que para algunas mujeres, en lugar de desarrollar obstrucciones obvias en las arterias que suministran sangre al corazón, la placa se acumulan de manera más uniforme en el interior de las arterias principales y en los vasos sanguíneos más pequeños. En otros casos, sus arterias no pueden expandir adecuadamente o ir en espasmo, a menudo en momentos de estrés físico o emocional. Estas anomalías son muy común que las mujeres más jóvenes y éstos pueden ser peligrosos, ya que pueden provocar ataques cardíacos potencialmente mortales.
En lugar del clásico dolor opresivo en el pecho, sudoración y dificultad para respirar, a menudo se quejan de vagos síntomas tales como fatiga, un trastorno en el estómago, o dolor en la mandíbula o los hombros. Esto explicaría por qué algunas mujeres tienen ataques al corazón repentinamente a pesar de que sus arterias se ven claras y, en algunos casos, los médicos incluso envían a casa sin tratamiento o se refieren a los psiquiatras. Incluso si lo hacen recibir tratamiento médico, estas mujeres no pueden beneficiarse de los fármacos estándar o terapias como la cirugía de bypass y la angioplastia para reabrir las arterias obstruidas. En muchos casos, estas mujeres cuyas arterias parecía clara en las pruebas tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir un ataque al corazón o morir dentro de cuatro o cinco años. Las anormalidades podría ser debido al hecho de que las diferencias hormonales o genéticas cambian cómo reaccionan sus arterias. En Estados Unidos, hay tantos como tres millones de mujeres pueden sufrir de estas condiciones.
A pesar de los nuevos hallazgos, muchas mujeres no tienen el mismo tipo de enfermedad del corazón que los hombres, y lo hacen en beneficio de la mismas medidas preventivas y tratamientos que ayudan a los hombres: una dieta saludable y el peso; ejercicio regular; y una presión arterial y el nivel de colesterol. Todavía no está claro cómo las mejores médicos pueden hacer frente a esas condiciones, pero los nuevos hallazgos proporcionan importantes comprensión de un problema de salud importante, y también alerta a las mujeres y sus médicos acerca de las manifestaciones alternativas de la enfermedad.