La artritis reumatoide se refiere a las articulaciones inflamadas y dolorosas, una condición que se encuentra con mayor frecuencia entre las mujeres y los ancianos. Curiosamente, el embarazo y la artritis reumatoide son de cerca y de manera interesante relacionados entre sí. Desde la concepción, el embarazo trae cambios notables en el sistema inmunológico, y estos cambios contribuyen a los cambios en los síntomas más comúnmente asociados con esta enfermedad.
Diferentes personas tienen diferentes experiencias y observaciones en relación con el embarazo y la artritis reumatoide. En algunos casos, el embarazo trae un alivio temporal mientras que otras experimentan llamaradas. Alrededor de 75% de las mujeres experimentan un alivio en el dolor y la hinchazón durante el embarazo. Reducción en la gravedad de los síntomas se observa generalmente después del primer trimestre. Esto puede ser debido a ciertos cambios hormonales durante el segundo trimestre.
También se cree que el sistema inmunológico se hace un poco débil durante el embarazo. Esto se hace para aceptar el feto como parte del cuerpo. Esta respuesta calma los síntomas de la artritis reumatoide. La remisión continúa durante todo el embarazo y los síntomas de recaída justo después de la entrega. En el otro caso, los espasmos musculares y debilidad general del cuerpo pueden agravar los síntomas de AR. Hinchazón, dolores de espalda y cansancio se supone que están asociadas con el embarazo, en lugar de la artritis reumatoide. Los pacientes con artritis tienen que enfrentarse a problemas en el parto vaginal también. El hueso de la cadera y la espalda no crece, lo que conduce hacia los partos por cesárea.
Cuando se trata de medicamentos, la relación entre el embarazo y la AR se hace un poco grave. Algunos medicamentos utilizados habitualmente para el tratamiento de la AR, como el metotrexato y la leflunomida, están estrictamente prohibidos durante el embarazo. Estos medicamentos pueden causar defectos de nacimiento o aborto. Sólo algunos de estos fármacos, clasificado por la FDA inofensivos, pueden tomarse durante el embarazo.
Ciertos medicamentos tales como sulfasalazina y agentes anti-TNF pueden ser utilizados con seguridad para controlar la AR durante el embarazo. Ellos no representan ningún peligro para la madre o el bebé, por lo que una opción popular para los que sufren de la enfermedad. Los pacientes deben tener cuidado durante la lactancia. Algunos medicamentos que se calme la respuesta inmune, no se les permite durante este período. Las drogas como los AINE y prednisona pueden tomarse de acuerdo a la dosis prescrita.
Una dieta saludable es la mejor manera de controlar la AR durante el embarazo. Una dieta equilibrada puede reducir la probabilidad y la intensidad de la recaída. Por lo tanto, es importante cuidar de sus movimientos y actividades. Además, es muy importante controlar el peso corporal después del embarazo; de lo contrario las articulaciones que soportan peso pueden hincharse mal. En resumen, excepto el grave tipo de artritis, como la artritis de las costillas y la cadera, la artritis reumatoide no tiene un impacto grave sobre el embarazo y el parto normal.