El proceso de envejecimiento se asocia generalmente con los cambios en diversas partes del cuerpo, incluyendo la de los huesos, lo que puede causar dolor. Para algunos adultos, los cambios en la salud ósea durante el envejecimiento podrían dar lugar a dolor en las articulaciones, atribuibles a la inflamación de las áreas específicas que comúnmente están involucrados en el movimiento. Además, este dolor puede ser muy grave que la simple caminar o subir y bajar las escaleras puede ser insoportable.
Uno de los tipos más comunes de la inflamación que se relaciona con un cuerpo de envejecimiento es la osteoartritis, o la degeneración de las articulaciones, lo que resulta en dolor. El deterioro de las articulaciones es causado por la ternura y la inflamación de los tejidos conectivos, generando así el dolor articular. Desde hace varios años, se ha informado de que el grado de dolor en las articulaciones y la inflamación asociados con la osteoartritis es más grave entre las mujeres, lo que plantea preocupación adicional para los médicos como para los pacientes. Sin embargo, la explicación real detrás de esta discrepancia en la inflamación y dolor en las articulaciones en la osteoartritis ha sido difícil de alcanzar
El Informe sobre la inflamación y el dolor
En un informe reciente publicado en la revista Journal of Clinical Densitometry:. Evaluación esquelético de la Salud, se examinaron las diferencias reales en la resistencia ósea entre los hombres y las mujeres para determinar si ciertos factores están fuertemente asociados con el deterioro del hueso y, posiblemente, dolor de huesos en un determinado género. El uso de una población de estudio que consiste en aproximadamente 114 adultos (55 hombres y 59 mujeres) de entre 20 y 59 años de edad, se realizó tomografía computarizada cuantitativa para evaluar la fuerza de la tibia, que es más comúnmente conocida como la caña o hueso inferior de la pierna. Sobre la base de la longitud real de la tibia, la resistencia ósea se midió a través de todo el hueso a intervalos de 10%, que va desde la rodilla hasta la región del tobillo.
Los resultados mostraron que los sujetos varones tenían fuertes huesos de tibia que mujeres , lo que sugiere que el deterioro, la inflamación y dolor en las articulaciones eran menos probable que ocurra entre los hombres. Por otra parte, los sujetos femeninos presentan valores de resistencia ósea más baja en los huesos de tibia examinados, que pueden influir en la mayor incidencia de la inflamación y la degeneración de los huesos, así como el dolor de huesos. Esta observación también puede ser traducido al mayor número de casos de mujeres con artrosis que afecta, sometiendo así a la inflamación y el dolor en las articulaciones.