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El cáncer de ovario es la quinta causa principal de muerte por cáncer en las mujeres. Se ha sabido durante mucho tiempo que el "asesino silencioso". Se obtuvo este nombre debido a la supuesta falta de síntomas cuando el cáncer de ovario se encuentra en las primeras etapas, cuando aún es altamente curable. La evidencia reciente sugiere que los primeros síntomas son a menudo presentes, pero pasan por alto.
Hay aproximadamente 22.000 nuevos casos y más de 15.000 muertes por cáncer de ovario cada año. La mayoría, pero no todos, los casos de cáncer de ovario se producen en los años post-menopáusicas. En tres de cada cuatro pacientes, el cáncer de ovario se detecta en general durante las etapas finales de los años cuando se ha propagado en el interior del abdomen a otros órganos. En ese momento, las tasas de curación son bajos. Los síntomas pueden incluir hinchazón o dolor abdominal, sensación de saciedad temprana, o presión en la pelvis.
Por desgracia, cáncer en etapa temprana no puede causar muchos síntomas, o pueden ser vagos y se pasa por alto. En los últimos cinco años, las investigaciones han demostrado que algunos de estos síntomas podrían ocurrir más temprano y son simplemente ignoradas por el paciente o el médico. El problema es que estos síntomas generales no son lo más a menudo relacionada con el cáncer y son simplemente molestias intestinales debido a algo que comió o una infección viral. Si usted tiene síntomas abdominales o pélvicas que son nuevas, parecen inusuales, persisten durante varias semanas o empeoran, informe a su médico. Esto es especialmente importante si usted tiene un historial familiar de cáncer, especialmente de mama o de ovario.
Lo que sucede después de hablar con y son examinados por el médico depende de lo que se encuentra y de su edad. Puede que sea necesario someterse a la ecografía, la tomografía computarizada (TC) u otros estudios de imagen, así como la CA-125 análisis de sangre.
Desafortunadamente buena herramientas de detección faltan, pero la siguiente mejor cosa es el diagnóstico precoz. Conocer su cuerpo y responder a su llamada a la acción es muy importante. Igualmente importante es insistir en que sus síntomas se explican completamente por control y ensayo apropiado. Si no es así, puede ser el momento para una segunda opinión con un ginecólogo o ginecológica oncólogo.